ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA VARIEDAD MARTEÑA

La Sociedad Agraria de Transformación El Labrador es una empresa familiar, ubicada en el término municipal de Fuente de Piedra (Málaga), que pretende rentabilizar la experiencia de, al menos, seis generaciones cultivando olivos en el mismo lugar. Como almazara, inición su andadura allá por el año 1988, envasando sus propios productos a partir de 1992.

Apostando claramente por la calidad, El Labrador produce sólo aceites de oliva virgen extra que proceden, exclusivamente, de aceitunas propias. Los aceites se obtienen a partir de frutos seleccionados, por el procedimiento de primera extracción a baja temperatura, en el mismo día de la recolección, y cuidando en todo momento la higiene del proceso.


Empresa respetuosa con el entorno, donde las haya, se enorgullece de prestar exquisita atención a la preservación del privilegiado entorno que rodea la almazara: la Laguna de Fuente de Piedra (laguna de agua salada mundialmente conocida por el anidamiento anual de flamencos y los excelentes trabajos de investigación sobre esta especie animal). Para conseguir este objetivo, en El Labrador llevan a cabo una encomiable labor de reutilizaciones. Para abonar los olivos se utilizan los subproductos de la almazara: el alpechín y el orujo, así como los restos de poda y la cubierta vegetal. Este abonado orgánico contribuye al buen estado general del olivo y a su mejor producción. Un 80% de la cosecha vuelve así de nuevo a la tierra y sólo el 20% supone su compensación en forma de «zumo de aceituna».

Elaboran diferentes variedades, con muy diferentes cualidades organolépticas, siempre en la línea de la máxima calidad, y empleando diferentes envasados según el consumidor final al que va dirigido el producto. Las variedades de aceituna empleadas son: lechín, vidueño, gordalilla, arbequina, pico limón y marteña.

Los aceites de El Labrador acaparan ya numerosos premios nacionales e internacionales, en los más prestigiosos concursos, como el reciente Primer Premio «Verde Intenso» Mario Solinas 2008 del Consejo Oleícola Internacional, o el premio «Silver Olive, Intense» del 7th International Olive Oil Award en Zurich, entre otros.

La variedad que nos atañe en esta ocasión es la Marteña, recolectada entre noviembre y diciembre, en envero, al comienzo de la maduración.

Muy de agradecer es la valiosa información que presentan en su etiquetado todos los aceites de la almazara El Labrador. En todos de ellos, sin exclusión, la variedad de aceituna empleada está claramente referenciada en la contraetiqueta, así como información exacta sobre las cualidades químicas del aceite y la fecha preferente de consumo. Por último, en el envase en botella de cristal, incluyen una etiqueta que cuelga del cuello de la botella en la que se describen las cualidades organolépticas del aceite, su proceso de elaboración y, puntualmente, los premios recibidos para esa cosecha.

NOTAS DE CATA:

Visual, amarillo verdoso, con reflejos e irisaciones verdosas y doradas. Aunque estos aspectos no son significativos en la cata del aceite, permitámonos hacer ciertas apreciaciones hedonistas sobre la preciosa visual que presenta este aceite, con una limpidez, transparencia, luminosidad y brillo que lo convierten, de entrada, en una joya para la vista.

La nariz es de intensidad media, pero muy franca, plena y fragante. Presenta, con armonía y equilibrio, aromas muy refrescantes, de tomatera, hoja de cardo y plátano verde, conjuntados con notitas finas de almendra cruda.

La boca es suave y dulce en su entrada, con una intensidad media en el frutado. Destaca de esta fase los recuerdos de plátano y, fundamentalmente, la magnífica expresión de la línea de los amargosos, que se muestra plena en forma de notas de alcachofa muy apetecibles. Finalmente, el posgusto ligeramente amargoso y picante, de muy buena longitud, acaba de dotar al aceite de una interesantísima y disfrutable complejidad armónica en boca.

En definitiva, un gran trabajo de esta empresa familiar que apuesta por la excelencia en la producción de aceites de oliva virgen extra, con muy cuidada elaboración, que tiene su recompensa en unos aceites de muy alto nivel que cubren de largo las exigencias de los más refinados paladares.


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