Raices de clausura, clara vocación fronteriza e innegables alusiones medievales: VIÑEDOS DEL TERNERO. Su singularidad queda vivamente reflejada en este tinto diseñado y elaborado según la peculiaridad del entorno.

Una Bodega que deposita su confianza en unos viñedos que surgen de la nada,
entre castaños y pinsapos;
nadie diría que está allí.
En cuanto llegas,
te sumerges en su ambiente,
su propio mundo.
Te atrapa.
No existe nada más.
Es el tiempo del vino y la vid.
Se revela todo «de una vez».
Se regresa obligado.
Un gran desconocido,
que no busca más que ser descubierto.

Y esto sencillamente es mi única intención, mostrar lo descubierto en este vino que pronto será grande.

Vino tinto elaborado a partir de la variedad Tempranillo en un 95%; con uva procedente de la parcela situada a mayor altitud, 650m, rozando el límite de cultivo en Rioja.

Esta situación peculiar y la exposición carasol bajo los Montes Obarenes, confiere a este vino un carácter propio y distintivo, que determina su cuidado tratamiento, tanto en elaboración como en su posterior crianza. Fermentación maloláctica sobre sus lías, en barricas nuevas de roble francés de grano fino, en las que permanece un periodo no inferior a 10 meses; su posterior afinado en botella puede oscilar entre un mínimo de 3 meses y máximo a determinar por el gusto del consumidor; siendo muy interesante catarlo en distintos periodos de su vida.

CATA

Cuidada y personal presentación que encierra un tinto Riojano con Alma de Ribera, un vino que muestra la pausa y soledad de sus viñedos a 650 metros.

La nariz recuerda en sus inicios ricos y elegantes aromas terciarios de cacao y ahumados, sutilmente aflora la esencia de las viñas, fruta compleja por su composición que produce en boca un paseo repleto de majestuosidad noble, frescura y sofisticación, mostrando unos taninos de enorme calidad, aportando cuerpo y estructura con ligeras notas amargas que la guarda domará.

Muy buena RCP