Muy buen trabajo de su enólogo Emilio Espinosa, así como de Andrés Viyuela encargado de mimar esta bodega.
Su visual denota un tinto joven a pesar de su crianza.
En sus inicios la nariz aparece cargado de intensidad, la fruta negra -moras silvestres, ciruelas y frambuesa-, puntas vegetales -matorral-. La aireación le otorga poder a la extensa y noble crianza sin restar protagonismo a la esencia de Viyuela -su fruta-, desprende aromas ligeramente especiados y tostados suaves que evolucionarán a ricos cafetales.
En Boca resulta rico, amplio, sabroso, buen equilibrio acidez- alcohol, tanios ligeramente punzantes aún por domar, buen final con postgusto de recuerdos de cafetales y cacao.
A destacar… Viyuela recupera el buen Ribera de antaño, el Ribera con esencia de clásico que le aupó hacia un puesto destacado entre las mejores D.O.
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