La esencia de la cocina. Escuelas de Hostelería “formación de maestros”. Visitamos La Escuela de Hostelería de La Fonda en Benalmádena cuna de grandísimos profesionales.
El seguimiento del paseo eno-gastronómico con el menú maridaje lo realizó en la dirección de la formación en sala Carmen Sánchez se realizó en directo a través de Twitter: @AkataVino @AntonioJesusPR y @ MariaAkatavino
Entrada al menú maridaje…

Un vino con notas de fruta exótica y madura con fondo de matorrales seco, en boca se presenta con buen cuerpo, aunque sus cotas bajas de acidez no invita a un nuevo trago. Este movimiento junto al queso se igualan en boca, aunque continúo con el plato y la propuesta inicial de un cava que refrescaba el conjunto.
Palacio de Bornos también nos acompañó y con más éxito a un juego de aceites de distintas variedades procedente de Córdoba.
Timbal de Revuelto de habitas baby con shi-take y langostinos.
Continuamos con un rosado de Ronda Jorge Bonet.
Jorge Bonet Rosado Shiraz 2009. Ronda.
Su visual impresiona por sus notas de rojo-burdeos un rosado subido de tono.
Vinoso con aromas lácteos de nata de fresa. En boca se presenta con peso a costa de la acidez. Un rosado complejo y poco versátil en la mesa, quizás tenga mayor y mejor protagonismo, degustado a solas, entorno a una buena charla.
Un vino maduro en boca, cremoso con buen volumen, aunque solicita mayor acidez, bien es cierto que hablamos de una añada 2009 la cuál ha estado mantenida en botella durante dos años y esto queramos o no, puede y suele ser un castigo para este tipo de elaboraciones. Un rosado Syrah limitado a 500 botellas de Syrah.
La Ribera de los Hermanos Sastre, un vino que me encantó hace dos años, por su finura, por su fruta delicada e intensa, por unos taninos nobles, dulces y maduros. En esta ocasión tras dos años de aquella cata, me encuentro con una botella donde dominan los aromas secundarios de fermentación, que se repiten en boca, tratándose de un vino del 2003, estos aromas no deberían estar presentes, por lo que me inclino a un problema aislado de esta botella, y no a connotaciones asociadas a la añada.
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Culminamos con Ravioli de piña y cremoso de chocolate con Jarel de Málaga y para reposar antes de la sobremesa, nos inclinamos por un Mencía con mucha fuerza mineral, con derroche salino y recuerdo ahumados, un vino potente, estructurado, cálido y rico en boca, con taninos aún en evolución, un tinto en una añada larga de crecimiento, hablo de Bembibre 2005 de Dominio de Tares, un miura con ganas de jugar.
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