¿Hablamos de vinos? ¿Hablamos del potencial de los vinos blancos españoles?
Vinos blancos españoles: ¿Hablamos de elaboradores que son capaces de trabajar en volumen, sin perder calidad y con sello e identidad propia?
¿Hablamos de pequeños elaboradores que trabajan como auténticos artesanos del viñedo y han situado sus referencias entre las más codiciadas? ¿Hablamos de Rías Baixas, Ribeiro, Valdeorras o Rueda?
Artículo by Antonio Jesús Pérez
NO hace muchos aún recuerdo el trato sobre la calidad de nuestros vinos blancos fuera de nuestras fronteras, hasta que llegaron ellos; elaboradores valientes que abandonaron la senda de la comodidad para caminar por el sendero del riesgo, con la firme convicción de que nuestros blancos también tienen un lugar entre las grandes referencias mundiales. Y así comenzó esa revolución que nos ha llevado hoy en día a TAMBIÉN SER UN PAÍS DE BLANCOS.
Elaboradores que han sabido adaptar con tiento la locura actual por lo natural, conociendo que la naturaleza te da la vida y la naturaleza te la quita. El día y la noche, el nacimiento y la muerte, son dos caras de la misma moneda. Elaboradores que han huido del marketing de los vinos que han impregnado de un aire populista del movimiento bio. Si es bio es bueno, si no lo es, es malo. Es un marketing de parvulario, de niños. La vida es más compleja que eso, la vida es compromiso . La vida no es blanco ni es negro.
Bien está que el marketing es realmente importante, el marketing está en la manera de hacer vino. La creación de una marca implica una reflexión de lo que es tu producto, su producción y su gestión.
Elaboradores que se han atrevido a trabajar con las lías y la madera en blancos, algo impensable hace años, cuando tan sólo poner la palabra lías, indicaba defectos aromáticos. Elaboradores que han sabido lo que aporta las levaduras y las propiedades de su autolisis en estos vinos, o como muchos viticultores nombran “el vino se nutre de su madre”.
Han entendido cómo las manoproteinas (polisacáridos naturales de las membranas celulares que se desprenden de estas levaduras en su fase de descomposición) mejoran el gusto de los vinos, ayuda a la conservación de sus aromas varietales y ayuda a la estabilización de las precipitaciones tartáricas, protéicas y de color, entre otras bondades.
Elaboradores que han entendido la madera en los vinos blancos como la búsqueda del equilibrio oxidativo-reductivo y el aporte de complejidad y mayor longitud en botella.
Aunque la principal virtud de quienes elaboran y miman las elaboraciones blancas de nuestro país, es conocer las variedades que trabajan y saber respetar lo que la naturaleza ofrece.
Porque hay tanta distancia entre la uva en el viñedo y el vino en una copa, que lo fácil es perderse.
Hoy hemos catado conscientemente añadas atrasadas de 4 variedades, de varios de estos elaboradores que trabajan de manera muy dispersa por el volumen que elaboran, pero todos, han sabido encerrar lo que ese viñedo representan. Han conseguido que abramos la ventana de nuestro cuerpo y veamos el viñedo y el paraje donde nacen.
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